domingo, 16 de marzo de 2014

Afuera

Por mucho tiempo creí que era quien realmente soy, hasta que un día me di cuenta que no lo era.
Camine, viaje, fui y vine muchas veces de un lado a otro, siempre sincero y transparente, siendo yo mismo.
Pero un día, lo que era una simple expresión, paso a ser parte de mi vida, una tragedia. Y una forma de vida empezó a alejarme de mi mismo y sin darme cuenta  ya no era yo.
El tiempo fue pasando, y todos los lugares por donde pasaba creyendo quien era en realidad se llevaban una parte mía, sin saberlo.
Todo seguía sin problema, hasta que de golpe empece a sentir una sensación rara, como un vacío.
Un vacío que fue creciendo y de a poco se iba llevando partes de mi mismo a donde ni yo sabia donde iban.
Ese vacío fue cambiando, mutando, convirtiéndose en tristeza. Una tristeza rara, porque teniéndolo todo, a la vez sentía que no tenia nada, que yo mismo no era nada.
Años pasaron, y esa tristeza se convirtió en un agujero emocional sin fin, donde a cada paso llenarlo era mas difícil, y si bien estaba rodeado de gente que me quiere, me sentía solo. 
Hasta que un día, después de haber pasado miles de bosques llenos de aventuras y emociones, el bosque termino, y se convirtió en un desierto; aun así, seguí, seguí y seguí. De pronto empece a ver que me faltaba agua, cada día mas agua. Hasta que no pude caminar mas. Estaba deshidratado. Había caído en La Desidia. De pronto una persona se acerco y me dijo: -querés agua?. Al mirarlo me di cuenta que esa persona era yo mismo, ahí parado al lado mio, mirándome en lo que me había convertido. Ya no era yo, era un personaje, y tome conciencia de lo que me había pasado. Por mucho tiempo había vivido hacia afuera, mi vida solo funcionaba de adentro hacia afuera, pero nunca al revés. Simple. En realidad no quería encontrarme conmigo mismo. Eran muchos los errores y las heridas acumuladas y afrontarlas parecía tan difícil que era mejor huir de mi mismo.
Hoy sigo luchando con el yo de afuera, pero decidí día a día, paso a paso, enfrentar al yo mismo que esta adentro mio, el real, el autentico, el transparente. Dejar el personaje para ser yo. Creer en mi mismo. Amarme a mi mismo.
Porque cuando mas hacia afuera estas, haces y vivís, en realidad mas encerrado y vacío en vos mismo quedas...


jueves, 13 de marzo de 2014

Subway

Era una noche muy fría en New York City. El lugar de encuentro era la puerta del Hard Rock Cafe en Times Square.

De pronto ahí estaban ellos dos, mirándose después de mas de 4 años sin verse..., no era un "Hola" mas, era esa sensación de como si no hubiera pasado el tiempo, como si la ultima vez que se vieron hubiese sido ayer.
El venia de una cena, ella por su parte venia del gimnasio, era un encuentro informal, solo para verse un rato. La acompaño a comer algo, y en minutos ambos estaban conversando sin parar, poniéndose al día después de un largo tiempo sin verse.
Al terminar, subieron al Empire State, mientras contemplaban la vista de esa ciudad maravillosa, ambos sentían que no era una simple visita turística...estaban compartiendo un momento único juntos. Se extrañaban. No estuvieron mucho tiempo, pero fue como si hubiesen pasado horas.
Al bajar fueron a tomar un café, entre charlas y anécdotas sus miradas no dejaban de cruzarse, como queriendo decir algo que ninguno de los dos podía...por el momento...
Salieron de la cafetería y ambos caminando ya abrazados, como si fuera algo natural pasaron por un bar. El la miro y le dijo: -tomamos una copa de vino?, a lo que ella respondió sin dudar: -si. Seguían juntos, como si los dos no quisieran que termine el momento.
Ya avanzada la noche se fueron del bar, y como si fuera algo inevitable y natural ambos de dieron un beso, un beso que decía como si nunca había pasado el tiempo.
Caminaron y entraron al subway, ella quería irse sola, pero el sin dudarlo decidió acompañarla. Durante la espera del tren ambos ya estaban entre miradas, besos, ironías y sonrisas sabiendo que quedaba muy poco tiempo para estar juntos.
Al llegar el tren, se sentaron juntos y como un acto reflejo ellos dos se quedaron mirándose en el reflejo de la ventana de enfrente como si fuera un espejo, reteniendo la imagen de ellos juntos en sus retinas como una postal de algo que no sabían si algún día volvería a suceder. De pronto, con total espontaneidad, ella lo miro fijo con sus ojos verdes luminosos y acaricio su cara, con un demostración de afecto en su mirada muy profunda, que para el sin duda significaba mucho...y sus ojos quedaron vidriosos...
Al llegar a la estación ambos bajaron y salieron a la calle. Se abrazaron un rato, sin saber cuando se volverían a ver...se dijeron "te quiero" y se besaron...bye...
Ella entro a su casa y el volvió a bajar al subway...pensando..., llego al hotel y se fue a dormir.
A la mañana siguiente el abrió la ventana y estaba nevando, eran esos copos de nieve que dibujaban de nostalgia el recuerdo, y una sonrisa en su rostro delataba aquella noche, donde lo impredecible fue real, solo por un momento...





martes, 4 de marzo de 2014

Heridas

Mientras transitamos la vida esta nos pone pruebas a su paso las cuales algunas veces se convierten en dolor y nos lastimamos, dejando heridas, heridas del corazón.

Y esas heridas no son algo mas que marcas dolorosas de cosas que nos pasaron.
A veces no es una herida mas, es una marca profunda la cual intentamos tapar con cosas, actividades, que luego se convierten en ruido.

El ruido nos hace olvidarnos de ellas momentáneamente. Pero cuando nos encontramos con nosotros mismos nos damos cuenta que ahí están.

El tiempo es un gran aliado para ayudarnos a sanarlas, pero mas allá de este, estamos nosotros mismos que tenemos que mirarnos al espejo y ver las heridas que tenemos, y no hacer como si nada pasara. Hay que enfrentarlas, curarlas, porque sino tarde o temprano vuelven a aparecer y duelen aun mas. Creo que nadie es culpable de nuestras heridas, solo que suceden porque la vida nos quiere enseñar algo.
Algo que por momentos no podemos ver y es ahí donde el tiempo juega su mejor papel.

No olvidarnos de quienes somos, de lo que verdaderamente somos.

Porque los sentimientos no son un material de intercambio, tampoco son descartables, son producto del amor, y este amor es el motor de la humanidad. Sin amor nada seria lo mismo.

Amarnos a nosotros mismos mas que a nada, cuidar lo que sentimos y lo que somos.

Callar el ruido, amigarnos con nuestro propio silencio...

Sanarse es quererse.